edición especial del 19 de julio de 1936
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7 días de julio - La Guerra Civil en León

Mineros asturianos ocupan León para pertrecharse en defensa del Frente Popular

Aparece un muerto en el Bernesga, tras los enfrentamientos entre falangistas, ugetistas y cenetistas intentando asaltar las armerías por la madrugada.

Los mineros llegan en dos columnas, una por tren y otra por carretera y exigen que les den las armas que les prometió el coronel Aranda en Oviedo

El gobernador Civil espera a que llegue el inspector general del Ejército, el general Caminero; que está viniendo desde Astorga para repartirlas.

Se vive una gran tensión tras ir conociéndose las noticias de las sublevaciones en la península, con Sevilla al frente y algaradas tiros y disparos en otros muchos lugares. Los obreros buscan armas. Y el ejemplo de que moría un sistema democrático es que el periódico del alcalde, 'La Democracia' publicaba sin saberlo su último número.
A estas horas del sábado 18 de julio los rumores, sobre todo los procedentes de las pocas radios que había en León ya estaban por la calle. El 18 de julio de 1936 era sábado. La ciudad tenía tres periódicos: el 'Diario de León', que llevaba en huelga semanas y no salió, 'La Mañana' de José Pinto Maestro (que casualmente es el autor del Himno a León) y 'La Democracia' de Miguel Castaño, el alcalde de la ciudad, un diario vespertino. El gobernador Civil Emilio Francés había regresado el 17 por la noche de un viaje al que le había invitado el presidente de la Diputación, el jovencito Ramiro Armesto, de Ponferrada, ya que no la conocía. Durante la mañana algunos sindicalistas, alertados por las noticias comenzaron a acercarse al Gobierno Civil y la Casa del Pueblo. El Gobernador Civil, Emilio Francés comenzó a recibir instrucciones de Madrid, exigiéndole que cumpliera sus órdenes. Cosa que hizo al mantenerse al lado del mismo. No habla con los que se acercan a pedir explicaciones porque se está comunicando con otras autoridades. En las radios de gran alcance se lanza una proclama exigiendo a los gobernadores civiles españoles que armen al pueblo. En el Ayuntamiento comienza a producirte cierta tensión entre serenos y alguaciles, dependiendo de su ideología.Los hechos comienzan a llevar al precipicio a España y durante la mañana parece levantarse un fuerte viento que presagia una gran tormenta política y social en León.

En Asturias avisan de que hay movilización

Los sindicalistas reunidos en la Casa del Pueblo unos, y en el Ateneo de la CNT otro empiezan a debatir con fuerza qué es lo que tienen que hacer en esta situación.
León, esa provincia en la que el mismo 14 de abril 1931 el alcalde de Sahagún, Benito Pamparacuatro, proclamó la Segunda República siendo uno de los primeros en hacerlo en España. Un lugar donde la propia burguesía se esforzaba en mejorar la Educación de todos, con el incomparable ejemplo de la Fundación Sierra Pambley y los Azcárate y su trabajo en la Institución Libre de Enseñanza. Donde aunque parezca lo contrario, se encontraban muchos de los grandes hombres que hacían España en aquel momento.
León, esa montaña de agujeros de carbón donde se alzaron en armas en la Revolución de 1934, hoy prácticamente olvidada por la gran mayoría; pero que durante los sucesos acaecidos allí protegieron al Cristo de Bembibre porque era 'minero' al grito de "Cristo Rojo, a ti no te quemamos". Una provincia que sufrió las estrategias y tácticas de Francisco Franco y su Legión en octubre del 34, que acabaron a sangre y fuego con el proceso revolucionario que sólo prendió con cierta fuerza en la Cordillera Cantábrica legionense y en Asturias.
León, una provincia de pensamiento netamente republicano, aunque fuera de derechas, no sabía la que se le venía encima en julio de 1936, pese a que líderes sindicales y militares conspiraban contra el espíritu de 1931 de una u otra forma. Un ejemplo entre los debates de la izquierda - que sólo había conseguido dos diputados en las elecciones de febrero frente a los siete de las derechas, pese a haber conseguido casi 73.000 votos frente a 91.000 - es lo que ocurrió, según los archivos de la Banca Fernández-Llamazares, en el mes de mayo en la Agrupación Socialista de León. Los socialistas se reúnen a la vuelta de los revolucionarios anmistiados para discutir su agenda política en secreto. "La escisión en dos bloques casi antagónicos marca la reunión. Por un lado, los socialistas burgueses o moderados son partidarios de no utilizar la violencia como fin para alcanzar el poder. Por otro lado, los socialistas revolucionarios son partidarios de los postulados de Largo Caballero, por los que los medios violentos son justificados para conseguir en España "un Estado Bolchevique" que acabe con el "Estado Burgués" que supone la Segunda República". Esto se extrae de los documentos de este archivo leonés como postura definitoria de los radicales del PSOE. También se observa una división en la izquierda, pero ésta comenzaba a tener cada vez más claro que el régimen del 31 no se ajustaba a sus ideales y deseos inmediatos, y era un freno para la Democracia Proletaria. Jinetes y caballos han pasado unas cinco o seis horas diarias durante dos semanas compartiendo el Camino con ciudadanos de todo el mundo en diferentes tramos, cubriendo distancias de entre 25 y 30 kilómetros cada día, ...

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