edición especial del 23 de julio 1936
iLeon.com
7 días de julio - La Guerra Civil en León

Los militares reafirman su poder y designan al nuevo Gobernador Civil y al presidente de la Diputación provincial

Joaquín López Robles sustituye a Ramiro Armesto en la Diputación y el presidente de la Audiencia Provincial, Higinio García, será el nuevo Gobernador Civil.

Ya el pasado lunes decidieron colocar al frente de la alcaldía de la capital al doctor Enrique González Luaces en sustitución de Miguel Castaño.

El aeródromo de la ciudad fue bombardeado por un avión solitario que causó daños en un aparato militar y tres heridos.

Los guardias civiles del Bierzo se atrincheraron en el cuartel de la capital de la comarca y presentaron resistencia mientras esperaban apoyo de los sublevados.
Los guardias civiles del Bierzo se atrincheraron en el cuartel de la capital de la comarca y presentaron resistencia mientras esperaban apoyo de los sublevados.
Mientras el gobernador Civil marchaba a su residencia a comer, las órdenes de los militares para "justificar el orden" llegan a la Comandancia de la Guardia Civil, junto a la plaza de San Isidoro. Los oficiales detienen al teniente coronel de la Guardia Civil, que al recibirlas ordena tomar el Cuartel de Infantería del Cid. Muy al contrario, se unen a los militares para tomar los puntos clave de la capital leonesa y su concurrencia hace exitosa la sublevación.

El Gobierno Civil cayó a media tarde tras amenazar con incendiarlo los sublevados y rendirse los líderes sindicales para evitar muertos entre los funcionarios.
Tras los enfrentamientos entre falangistas, ugetistas y cenetistas intentando asaltar las armerías durante la madrugada, apareció un muerto en el Bernesga.

El general Gómez-Caminero, inspector general del Ejército llegó a León sobre las cuatro y media de la tarde y, tras informarse llamando al ministro de la Guerra, resolvió la situación en el Gobierno Civil. Ordena al gobernador Militar, general Bosch, que entregara las armas a los mineros. En esos momentos estaba presente el capitán Lozano, que había sido enviado por el coronel Lafuente del Regimiento de Infantería 31. Los militares del regimiento de Infantería del Cid, en orden entregan a los mineros 300 fusiles, 25.000 cartuchos y dos ametralladoras en las inmediaciones del Palacio de los Guzmanes.

Quinientas personas se concentraban la pasada tarde en la Casa del Pueblo ante las peticiones insistentes de los líderes sindicales y obreros de que se arme al pueblo.
A estas horas del sábado 18 de julio los rumores, sobre todo los procedentes de las pocas radios que había en León ya estaban por la calle. El 18 de julio de 1936 era sábado. La ciudad tenía tres periódicos: el 'Diario de León', que llevaba en huelga semanas y no salió, 'La Mañana' de José Pinto Maestro (que casualmente es el autor del Himno a León) y 'La Democracia' de Miguel Castaño, el alcalde de la ciudad, un diario vespertino. El gobernador Civil Emilio Francés había regresado el 17 por la noche de un viaje al que le había invitado el presidente de la Diputación, el jovencito Ramiro Armesto, de Ponferrada, ya que no la conocía. Durante la mañana algunos sindicalistas, alertados por las noticias comenzaron a acercarse al Gobierno Civil y la Casa del Pueblo. El Gobernador Civil, Emilio Francés comenzó a recibir instrucciones de Madrid, exigiéndole que cumpliera sus órdenes. Cosa que hizo al mantenerse al lado del mismo. No habla con los que se acercan a pedir explicaciones porque se está comunicando con otras autoridades. En las radios de gran alcance se lanza una proclama exigiendo a los gobernadores civiles españoles que armen al pueblo. En el Ayuntamiento comienza a producirte cierta tensión entre serenos y alguaciles, dependiendo de su ideología.Los hechos comienzan a llevar al precipicio a España y durante la mañana parece levantarse un fuerte viento que presagia una gran tormenta política y social en León.

En Asturias avisan de que hay movilización

Los sindicalistas reunidos en la Casa del Pueblo unos, y en el Ateneo de la CNT otro empiezan a debatir con fuerza qué es lo que tienen que hacer en esta situación.
León, esa provincia en la que el mismo 14 de abril 1931 el alcalde de Sahagún, Benito Pamparacuatro, proclamó la Segunda República siendo uno de los primeros en hacerlo en España. Un lugar donde la propia burguesía se esforzaba en mejorar la Educación de todos, con el incomparable ejemplo de la Fundación Sierra Pambley y los Azcárate y su trabajo en la Institución Libre de Enseñanza. Donde aunque parezca lo contrario, se encontraban muchos de los grandes hombres que hacían España en aquel momento.
León, esa montaña de agujeros de carbón donde se alzaron en armas en la Revolución de 1934, hoy prácticamente olvidada por la gran mayoría; pero que durante los sucesos acaecidos allí protegieron al Cristo de Bembibre porque era 'minero' al grito de "Cristo Rojo, a ti no te quemamos". Una provincia que sufrió las estrategias y tácticas de Francisco Franco y su Legión en octubre del 34, que acabaron a sangre y fuego con el proceso revolucionario que sólo prendió con cierta fuerza en la Cordillera Cantábrica legionense y en Asturias.
Los diferentes cuerpos militares acuartelados en la ciudad han salido a la calle sin previo aviso. Tras la salida de la Guardia Civil a las dos de la tarde parece confirmarse que el Ejército se ha sublevado en la capital.
Los militares se presentaron en Radio León, en la azotea de la Casa Roldán de la plaza de la Libertad y exigieron el cierre de las emisiones.

Parece ser que la Guardia Civil fue el último cuerpo militar en salir desde sus dos cuarteles de la calle del Cid y de la travesía de Don Cayo, y que han detenido al teniente coronel de la Comandancia por oponerse al golpe. Su actuación parece haber resultado completamente decisiva.

Se divisaron durante la tarde aviones sobrevolando la ciudad, parece ser que también se ha sublevado. Es una sorpresa monumental para todos los ciudadanos, puesto que los militares se habían comportado correctamente y habían repetido varias veces que eran fieles al Gobierno de la República. En León se ha producido la misma traición que ayer efectuó el coronel Aranda en Oviedo, cuando los milicianos mineros de Asturias abandonaron la capital.
Revuelo en la ciudad a primera hora. Unos tres mil mineros asturianos llegaron a León en dos columnas pasadas las nueve de la mañana. Una de ferrocarril, con unos 2.500 miembros en tres convoyes y otra motorizada, con unos 500. Se pasearon por las calles de la ciudad henchidos de fervor obrero proclamando la defensa del Frente Popular ante los facciosos.

Algunos tiraron petardos, lo que asustó a gran parte de la población del extrarradio, creyendo que son más disparos. Mientras, otros compañeros les reprendían. "Hay que mantener el orden". Los mineros entraron en la ciudad por Ordoño II, y 'tomaron' el bar central, mientras recibín la bienvenida de los sindicalistas y obreros de la ciudad. Sus mandos se dirigieron al Gobierno Civil a solicitar las armas que les prometió el "compañero coronel Aranda" en Oviedo. Mientras, los milicianos 'tomaron' los bares de la ciudad, como el Central y el Vitoria.
Se vive una gran tensión tras ir conociéndose las noticias de las sublevaciones en la península, con Sevilla al frente y algaradas tiros y disparos en otros muchos lugares. Los obreros buscan armas. Y el ejemplo de que moría un sistema democrático es que el periódico del alcalde, 'La Democracia' publicaba sin saberlo su último número.
León, una provincia de pensamiento netamente republicano, aunque fuera de derechas, no sabía la que se le venía encima en julio de 1936, pese a que líderes sindicales y militares conspiraban contra el espíritu de 1931 de una u otra forma. Un ejemplo entre los debates de la izquierda - que sólo había conseguido dos diputados en las elecciones de febrero frente a los siete de las derechas, pese a haber conseguido casi 73.000 votos frente a 91.000 - es lo que ocurrió, según los archivos de la Banca Fernández-Llamazares, en el mes de mayo en la Agrupación Socialista de León. Los socialistas se reúnen a la vuelta de los revolucionarios anmistiados para discutir su agenda política en secreto. "La escisión en dos bloques casi antagónicos marca la reunión. Por un lado, los socialistas burgueses o moderados son partidarios de no utilizar la violencia como fin para alcanzar el poder. Por otro lado, los socialistas revolucionarios son partidarios de los postulados de Largo Caballero, por los que los medios violentos son justificados para conseguir en España "un Estado Bolchevique" que acabe con el "Estado Burgués" que supone la Segunda República". Esto se extrae de los documentos de este archivo leonés como postura definitoria de los radicales del PSOE. También se observa una división en la izquierda, pero ésta comenzaba a tener cada vez más claro que el régimen del 31 no se ajustaba a sus ideales y deseos inmediatos, y era un freno para la Democracia Proletaria. Jinetes y caballos han pasado unas cinco o seis horas diarias durante dos semanas compartiendo el Camino con ciudadanos de todo el mundo en diferentes tramos, cubriendo distancias de entre 25 y 30 kilómetros cada día, ...

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